Sierra de Yeguas celebra su particular Cruz de Mayo, creando una gran cruz de alimentos para las personas en riesgo de exclusión social.
Cuando llega la primavera, Andalucía cambia de color, de olor, de ambiente,… y está en el carácter de su gente, que se haga más vida social en las calles. Es parte de nuestra identidad, de nuestra forma de ser. Infinidad de fiestas comienzan a celebrarse, desde la Feria de Abril, Romerías, Verbenas,… hasta las Cruces de Mayo, muchas de ellas declaradas de Interés Turístico Nacional, sin duda un patrimonio inmaterial, al que a veces no sabemos valorar.
En esta ocasión el protagonismo recae en la Fiesta de Las Cruces de Mayo de Sierra de Yeguas, que engalanó una de sus calles con más solera de la localidad, la calle Oliva. Esta festividad muy extendida en España e Hispanoamérica, es muy importante según el rito romano, y celebraba el hallazgo de la Santa Cruz; aunque en las últimas décadas perdió importancia. Ahora, la Cofradía de la Vera+Cruz y la Esperanza, y la Hermandad del Santo Entierro y la Soledad, que ambas tienen su sede en esta calle, han decidido volver a poner en auge esta fiesta, una fiesta popular que nunca debió de perderse.
El programa empezó el viernes 4 de mayo, con la bendición de las cruces de flores, que lució el arte de la naturaleza. Y a esta cita no podía faltar la música, en directo, porque aunque los tiempos hayan cambiado, no hay nada como vivir la intensidad de la guitarra o el quejío espontaneo de un artista. Una barra, donde se pudo disfrutar de la gastronomía de la zona. Sin duda, un coctel de toda nuestra cultura, que es lo que debe ser la Cruz de Mayo, una celebración popular.
Como iniciativa, y sin perder el sentido cristiano de estas dos organizaciones, se decidió formar una gran cruz, llamada “La Cruz de la Esperanza”, que fue formada por alimentos no perecederos, y que tuvo una buena acogida, ya que se llegó a conseguir algo más de 500 kilos.
Un éxito total, que ha resurgido esta fiesta y que esperamos que llegue para quedarse muchos años.